Reseñas / Entrevistas

 

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«Periféricos» de Antonio José Royuela es una novela adictiva y emocionante, de esas que lees y la visualizas como una película de acción.

Como leéis en la sinopsis, nos encontramos a dos profesores que en las vacaciones de verano le proponen ser periféricos (como infiltrados del CNI, cuya principal misión es conseguir información). Da la casualidad que en unos casos que está investigando actualmente la organización hay involucrados varios antiguos alumnos de estos profesores, y es la excusa y/o tapadera perfecta para que sean elegidos para ayudar. Por un lado, Abdel, un marroquí relacionado con terrorismo yihadista, y por otro, Teo Areces, que pertenece a una banda criminal. Además de otros personajes relacionados que iremos conociendo y que no son menos importantes: Rafa, Miguel, Adira, Sophía… ¡Ay Sophía!

A lo largo de las páginas vemos cómo el personaje principal (del cual no sabemos el nombre… Sí, curioso pero cierto) se va adentrando en la investigación, teniendo una relación más estrecha con los investigados, y cómo cada vez se va viendo envuelto en situaciones más complicadas.

Narrado en primera persona, hace que nos adentremos en la mente del personaje principal y que en todo momento sepamos cómo se siente, sus miedos, sus sentimientos. Aunque no llegué a sentirme identificada, sí que sentí la acción y adrenalina, que eso sí que me lo transmitió el autor. Además, hay algo de romance, aunque no sea el tema principal, pero es un punto importante que afecta e influye en cómo se va desarrollando la trama.

Ya os imaginaréis que es una historia con un ritmo rápido, adictiva. Los capítulos son cortos, el lenguaje fácil y está muy bien narrado. Te adentras en la lectura, la investigación te atrapa y quieres seguir conociendo más.

 

Los personajes están muy bien construidos. Ni son totalmente buenos ni son totalmente malos, se mueven en esa línea de un extremo a otro, creo que como haríamos la mayoría de cualquiera de nosotros. Son reales.

Casi toda la historia se desarrolla en Andalucía, en Córdoba principalmente, y se nota el amor que tiene el autor a esta tierra. A mí me ha encantado porque son zonas que conozco. Pero si no es así, no os preocupéis, con las descripciones del autor parecerá que te encuentras en el lugar que se menciona. Además, incluye algunos códigos QR que amplían información sobre algunos lugares y datos relevantes que aparecen en la trama. Un plus añadido a la experiencia de la lectura.

¿Me sorprendió? ¡Sí! Es una sensación de adrenalina constante, donde la situación cada vez es más complicada. Hay un momento en el libro que ya no puedes parar de leer porque llega un punto en el que necesitas saber cómo se va a resolver todo. Las últimas páginas son de infarto.

Este libro se lleva 4’5 estrellas, porque me ha faltado el sentirme identificada con los protagonistas. Pero es una lectura de 5, en la que te sumerges en una investigación del CNI en la que la acción y la adrenalina están seguradas. ¡Recomendadísima!

Gracias al autor por escribir esta historia, y por cederme el ejemplar para que pueda disfrutarlo. Y darle la enhorabuena, ya que a solo pocos meses desde su publicación ya va a salir la tercera edición.


Francisco Caballero

Anoche terminé de leer “Periféricos”, la primera novela de mi amigo poeta Antonio José Royuela García. No soy crítico literario, pero quería dedicarle unas líneas al libro porque lo merece.
Quería decir una cosa antes: a veces, cuando conoces y estimas al autor, puedes caer en la tentación del elogio fácil. No es el caso (lo del elogio fácil, digo), porque no lo necesita. Desde la primera página, aprecias una cosa: la forma de escribir de Antonio. En la novela no importa solo el “Qué”, también el “Cómo”, y en estos tiempos con más libros que lectores se aprecia un libro así: bien escrito desde la primera hasta la última página. Son pequeñas cosas que a veces se nos olvidan bajo un argumento: el cuidado de la narración, de los diálogos, la descripción precisa (y el contexto) de los personajes.
Pero el “Qué” también importa. No recuerdo a quién le leí que, si una película no te engancha en los primeros quince minutos, lo mejor que puedes hacer es abandonar la sala. Cambiando “minutos” por “páginas”, diría que la frase es también válida para las novelas, y aquí está el mérito de “Periféricos”: la trama te atrapa desde el primer párrafo y estás deseando que llegue el momento de abandonar tus obligaciones y retomar su lectura. Si fuese posible, no habría caso y lo leerías de un tirón.
Dejé para anoche antes de acostarme las últimas treinta páginas. No quería que se me escapara nada, quería saborear el desenlace, recibir el impacto de otro acontecimiento que no te esperas. Porque esta es una historia muy bien escrita, con una impresionante trama detrás y bien documentada. Y además la historia se ajusta a los tiempos de hoy, con unos personajes excelentemente cuidados para transmitir emociones al lector. Como a mí me las transmiten sus escenarios tomados de esa hermosa ciudad que es Córdoba. Con su Puente Romano, su Judería, su Ronda de los Tejares, su Sonrisa de Lunares, su Fernando Tejero, su Guadalquivir. Un libro donde el autor pone algo más que el alma y lo percibes a poco que le conozcas.
Y las últimas líneas las tengo que decir, no me las puedo callar. Si estás buscando un libro para leer y entretenerte este verano, aquí tienes una opción: está en Amazon, lo puedes encargar casi a cualquier librería, tiene un precio asequible y además es muy bueno. “Periféricos”, de Antonio José Royuela García. Y con un poquito de suerte, le pillas en alguna presentación en algún punto de España y te lo puede firmar

 

Francisco Caballero


 

“Periféricos”, de Antonio José Royuela – ExLibric

Detectives privados, policías, periodistas o incluso abogados son los protagonistas de la mayoría de novelas enmarcadas dentro del género del suspense y policíaco. Sin embargo, el escritor cordobés Antonio José Royuela ha querido desmarcarse de esa tónica y nos ofrece una historia trepidante en la que un profesor, del que no llegaremos a conocer su nombre, será el encargado de aceptar una investigación que lleva el Centro Nacional de Inteligencia.

Periféricos. Este es el título del último libro de este autor, un docente que cuenta ya con una interesante bibliografía a nivel poético, gracias a obras como Desajustes, Zonas o La mente del mono. No obstante, ahora ha conseguido hacer realidad su sueño de darle forma a una novela y, en concreto, a una que viene a respirar de esas grandes obras policíacas de las que siempre ha disfrutado. Es más, quizás el haber imaginado en más de una ocasión qué se sentiría en la piel de uno de los investigadores que se enfrentan a mil y una aventuras le ha llevado a darle su toque autobiográfico a la obra. Por algo, el personaje central es, como él, se dedica a la educación, ejerce como tal en Torremolinos y escribe.

Cuando piensas que en tu vida nada puede cambiar

“Muchos de nosotros somos arrastrados por un destino que jamás imaginamos que fuese el nuestro. Para cuando abrimos los ojos y tomamos consciencia de las secuelas, es demasiado tarde. Sé bien de lo que hablo”.

¿En cuántas ocasiones hemos visto cómo nuestra vida no transcurre por los derroteros que esperábamos? ¿Cuántas veces nos hemos encontrado metidos de lleno en situaciones que jamás se nos hubieran pasado por la cabeza? Esto es precisamente lo que le sucede al protagonista de la novela.

Entre clases y alumnos e intentando dejar atrás problemas sentimentales es como se nos presenta este docente al que una llamada de teléfono, de otro compañero y amigo, le cambiará para siempre. Su pasado, sus contactos y sus ansías de romper con la rutina le harán verse metido de lleno en una investigación del CNI como periférico. ¿Su objetivo? Acercarse, ganarse la confianza y obtener la mayor información posible sobre dos personas con las que ha mantenido o mantiene relación: Abdel Samal, un antiguo alumno que está vinculado a una organización terrorista islámica, y Teo Areces, uno de los miembros más importantes de una peligrosa red criminal.

Ficción vs realidad

En un guiño a las obras de Sherlock Holmes, su amigo le llegará a llamar “querido Watson” antes de que sus vidas den un giro. Así, los dos profesores, ávidos de acción, no dudan en unir fuerzas para afrontar esa misión que se les ha encomendado. Todo comienza como una simple aventura, deseosos de vivir una experiencia que jamás podrán olvidar.

No obstante, todo es mucho más complejo y peligroso de lo esperado. Y es que estos docentes entrarán de lleno en dos escabrosos y criminales mundos que acabarán teniendo puntos de conexión. Dos mundos que lamentablemente hoy están de máxima actualidad: el terrorismo islámico y la trata de mujeres.

Personajes secundarios violentos, con frustraciones que les llevan a delinquir, con ideas fundamentalistas que guían sus caminos y que se rigen por “la ley del más fuerte” convertirán la “inocente” aventura de los protagonistas en una red peligrosa que pondrá sus vidas en juego. Quizás cuando deseen volver a atrás, ya no sea posible.

Atractivos de Periféricos

Sus personajes, la historia en sí, la calidad descriptiva de su autor y la vigencia de los temas tratados son, sin lugar a dudas, motivos más que suficientes para leer esta novela policíaca. No obstante, hay más razones para disfrutarla como es el amor que la inunda, que se presenta a través de distintas relaciones realmente complicadas y que llevará, sobre todo, al protagonista a descubrir la pasión, el equilibrio y la complicidad junto a una mujer misteriosa e inesperada que aparece en su vida, una prostituta llamada Sophía.

Pero Periféricos es también una demostración del amor que Royuela siente por su tierra natal. Así, la trama principal se desarrolla por los rincones de esta ciudad legendaria, por sus calles y barrios más significativos. Enclaves que, además, el lector puede descubrir a través de los códigos QR que aparecen en las páginas de la novela.

Todos estos elementos son los que llevan irremediablemente a sentir no solo interés por esta obra sino que son, además, los que nos hacen disfrutarla, los que nos enganchan y los que nos sorprenden a cada palabra que leemos. Su autor ha puesto el corazón en esta obra, ha mostrado su amor a su ciudad y a un género que le apasiona. Ha venido a abrir su alma al lector escribiéndola y es que, como aparece recogida en la misma, “escribir tiene muchas similitudes con amar a alguien. La línea que separa el goce del dolor y la frustración entre letras es muy delgada. Por ese motivo, muchos escritores son seres frágiles y muy sensibles”.

María Merino 25 de enero de 2019

Poetas del alma

“Periféricos”

Antonio José Royuela

ExLibric

401 páginas

Está a la venta desde el 5 de enero de 2019.


 

LA NOVELA “PERIFÉRICOS” DE ANTONIO JOSÉ ROYUELA 

A algunos de nosotros nos gustaría truncar la rutina de nuestras vidas y, por avatares del destino o la casualidad, vernos inmersos en una aventura trepidante no sin ciertas dosis de peligro. Nuestras existencias, por lo menos la mía, tiene poco de innovación y mucho de repetición, y para nada nos vendría mal que unas vacaciones estivales se convirtieran en unos días de acción vibrante en un lugar que, aunque conocido, se vistiera de ciudad enigmática y amenazadora.

Con estas palabras trato de presentar la novela de Antonio José Royuela titulada “Periféricos”. Este autor se enfrenta, por vez primera, al campo del relato extenso, pues como poeta ha publicado los poemarios “Desajustes” (2008), “La mente del mono” (2011) y “Zonas” (2015), además del libro de micronarrativa “Resiliencia”, también en el año 2015. Además ha publicado en diversas revistas literarias, foros digitales, redes sociales y en su web personal.

Puedo decir, desde mi experiencia como lector, que la novela “Periféricos” me enganchó desde el primer minuto, desde ese instante en que el autor tuvo la gentileza de mandarme un borrador de la novela para conocer mi opinión. Aunque bien podría encuadrarse dentro del género de “novela negra”, me atrevería a ir más allá: es una narración fresca y amena en donde varias especies literarias coexisten conservando la esencia de cada una. Si bien la vertiginosa historia nos adentra en la curiosidad y el desasosiego propios de la intriga, no deja de lado una historia de amor imposible y un manejo de la moralidad, en estos tiempos convulsos y confusos en donde casi todo es pecado, denunciable o falto de corrección política. Por todo ello, «Periféricos» es una novela inteligente y tremendamente actual como esclarecedora.
Su lenguaje es vigorosamente coloquial y te transporta y adentra, sin dificultad, a ese Córdoba sinuoso y octogonal repleto de personajes reconocibles y lugares convertidos en escenarios plásticos. Ahorra mucho en superficialidades porque la meta de Royuela es hacernos partícipes de la aventura veraniega sin ambages, quitarnos la careta de la cotidianidad y conducirnos con él, y con su forma de contarlo, hasta el barro de su historia.

Me sorprendió, entre otras cosas que no desearía que se me escaparan, la valentía para afrontar el tema del yihadismo en la juventud actual islámica residente en España. Hay una frase de uno de mis personajes favoritos, Miguel, como compendio sobre lo que gira la trama, dice así: “¿Asesinar en nombre de Dios? Es a lo que se ha dedicado la humanidad a lo largo de su historia. Proporciona coartada espiritual.”

También la narración mira de frente el asunto de la trata de mujeres en occidente con la limpieza y la concisión que merece. Se mezcla el asunto amoroso del yo narrador con la indecencia del mercadeo de la carne femenina. Azaroso dilema para un sensato maestro que pensaba sólo en unas apacibles vacaciones en su Córdoba natal.

“Periféricos” muestra unos personajes tan de carne y hueso que bien podríamos imaginarlos, a lo largo de las páginas de la novela, frente a nosotros como amigos, ex alumnos, ocasionales prostitutas, amantes, confidentes y hasta perspicaces guardaespaldas que, sentados en esas terrazas de bares cordobeses, clubes comprometidos de alterne o corriendo las calles en la tórrida noche andaluza, nos desglosan su aparatoso verano como auténticas piezas de una realidad paralela que trasciende de las hojas impresas.

No me es extraño que los personajes de la novela «Periféricos», casi al final de la misma, insistan en que se debería escribir una novela sobre todo lo ocurrido en ese verano agitado; no me es extraño porque yo no puedo parar de agradecer a Rafa, Miguel, Adira, Teo, Abdel…….y, por supuesto, a ese “yo” narrador que la acabó escribiendo, el haberme hecho disfrutar de la buena literatura.

Como dije al comienzo, la novela de Antonio José Royuela para mí es más que una de las muchas, y excelentes en el panorama nacional, narraciones del género negro, es el dietario de un par de meses de cualquier hombre corriente atrapado casualmente en una espiral, tan violenta como íntegra, que le hará replantearse su apacible vida; elementos periféricos creando un vórtice pudiendo tragar la vida de cualquiera.

En la Literatura, pienso, que casi todo está dicho, sin embargo es la forma en cómo se cuenta lo que marca la diferencia. Royuela ha marcado la diferencia.

Kabalcanty, diciembre 2018.